viernes, 6 de mayo de 2011

Se puede

Tras muchos días sin escribir una sola línea -pido perdón por ello- me dirigo de nuevo a vosotros retomando este blog que vosotros habéis hecho grande y que cada día cuenta con más visitas. Pasó la semana Santa, gran momento de meditación y devoción, que viví de manera especial con enfermos en la "casa de la misericordia" en Extremadura, enfermos que te hacen ver muchas veces que el enfermo eres tu en muchos aspectos convirtiéndose en verdaderos maestros. Tuve la suerte de ir a los oficios en el Valle de los Caídos ¡ qué maravillosa solemnidad litúrgica la que realizan los monjes que allí habitan! Os recomiendo que acudáis alguna vez, merece la pena.

Inmersos ya en la Pascua en la que Cristo ha resucitado y por ello los cristianos estamos o deberíamos estar de fiesta, alegres y gozosos, me dirigí de peregrinación a Roma. Allí me encaminé para ser testigo de un acontecimiento histórico, la beatificación de Juan Pablo II.

Nunca había visto Roma igual, había un ambiente de espiritualidad y alegría contagioso. La ciudad del Tiber recibió etorno a un millón de peregrinos venidos de todas partes de la tierra, dirigentes políticos, obispos, casas reales, y...¿Por qué? No, no era por un concierto de música, ni por un acontecimiento deportivo. Era porque en 1920 nació en Polonia Karol Wojtyla, se hizo sacerdote, vivió como debe vivir un cristiano y murió siendo Papa. A ese hombre le nombraron beato, es decir se puede asegurar que está con Dios en el cielo.

La santidad atrae, la santidad se admira, la santidad es posible. Es posible ser Santo, a los hechos me remito, todos hemos tenido la suerte de ver a Juan Pablo II y no tenía poderes especiales, simplemente amó y amó hasta la muerte siendo fiel a Jesucristo y a la Iglesia que tantos años dirigió. Ser santo no es cosa del pasado. En la ceremonia, que fue emocionantísima, me percate de ello ¡se puede! ¡yo quiero ser como él! ¡quiero amar como amaba él! ¡afrontar el sufrimiento como lo afrontaba él!

¡Quiero ser Santo!


Fdo: Fernando III el Santo

1 comentario:

  1. "No es santo el que nunca se cae, sino el que siempre se levanta"

    Esta frase siempre es buena para comprender que todos podemos ser santos, y que hasta los santos son gente con errores y defectos. Pero ellos saben admitir sus errores porque saben que esos les convertirá en mejores personas y hará feliz a los de su alrededor.
    La santidad es algo muy bello que podemos vivir en cualquier circunstancia. Y deberíamos tomar ejemplo de Juan Pablo II, que fue santo aun cuando su pueblo era oprimido por los nazis y luego por los comunistas.

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