"No digáis que soy bueno, porque solo mi padre del cielo es bueno"

Solo podemos hacer todo lo que está en nuestras manos para ser felices. Quiero decir que no somos más que seres humanos, simples administradores del mundo, no somos dioses. Toda la historia es una constante disputa entre los hombres, si no, no habría historia que contar, desbordada de conflictos por la supremacía del poder, de la moral, o de la ideología. Yo, hoy, propongo una cosa muy sencilla ajena a distinciones, contemos a todos nuestros amigos, familiares y conocidos, incluso a enemigos, lo que pensamos y cúales son nuestras intenciones en la vida, quiero que todo el mundo sepa lo que está en la mente de su prójimo, porque creo que una potente causa de las peleas nace en la ignorancia, o el odio "incontenible". Innumerables veces opinamos con la cabeza bien alta de temas cuyos detalles desconocemos, de vez en cuando, habla el contertuliano y apagamos el "sonotone", ¡¿Para qué voy a centrar mi atención en las palabras del otro?! sé que yo tengo la razón siempre, sino no tendería a esta postura.

En este blog hemos escrito cosas razonables y no razonables, habremos dicho barbaridades que harían vomitar a una cabra, y es que somos humanos. Nuestro objetivo no es el de acertar siempre, damos una visión del mundo desde los ojos de jóvenes católicos, de educación un poco aislada de las modas de la época, inmaduros en la práctica del análisis y en la capacidad de expresión, algunas veces, como atados con cadenas de oro a nuestras ideas, en la caja fuerte, con nuestras pasiones. Reconozco que acostumbro a aferrarme a mis costumbres, como si fueran tatuajes impresos en la piel de por vida. Pero nuestras intenciones son saludables, no tratamos de meter el dedo en la llaga, opinamos, contamos noticias, nuestras impresiones del mundo. Si alguién considera la causa una bajeza, lector menos.

No solo he venido a autocorregir el blog, y no hablo en nombre de mis colegas escritores. Vengo a hablar del fin más buscado por todos, la felicidad. No somos más felices por ser más que los demás, por tener más, pero la verdad nos hará libres, la verdad es el verdadero camino para la felicidad. El ignorante puede estar contento, vivir en constante alegría, no sabe por qué es feliz o qué es en realidad la felicidad, no puede ser feliz. No digo que es más feliz el más sabio, pero sí admito que tiene cierta relación. Me explico, es feliz el que sabe cómo alcanzar la felicidad. Es un don de Dios, pero tenemos que ponernos manos a la obra. Es absurdo pensar que no servimos para nada, como también es absurdo pensar que el ser humano lo puede todo, tenemos un papel más que fundamental, se supone que somos el pueblo elegido. Tenemos que luchar mucho, y sufrir por el camino, como la vida misma. Cultivamos la cosecha, que es para nuestro Señor, el señor de las tierras, Él nos pagará el sueldo merecido multiplicado por infinito. Utilícese otro término, pero buenos no somos, solo el padre es bueno, porque solo Él nos ha creado y ha muerto para redimir nuestros pecados.

Sed todo lo felices que podáis, sin moderación. Si el mal llama a la puerta de nuestra casa nos haremos los dormidos...

Fdo: Ricardo Corazón de León